En las Cartas que nunca envié existen las letras que te acentúan,
algunos verbos que buscan cada poro de tu piel, algunos adjetivos que buscan tu
destino… y así, sigo explorándote.
En las Calles que nunca viste existen recuerdos que te conservan en mí…
todos esos silencios nacidos para plagiarte en un sentir… en el estremecido de una melodía por las
calles de Ámsterdam; piano, repique y chico de unos tambores de cadombe… en la dulzura
de un alfajor de maicena relleno de dulce de leche en un puesto callejero de
Roma, en la sonrisa azul de un niño jugando a la pelota en las calles de Oslo…
al borde del puerto en una noche nueva Lisboeta…. en las alturas de Paris y en
el rellano de otras tantas ciudades…
…bailar alrededor de las
llamas…
En las Cartas que nunca envié existe vida sin tiempo, palabras y melodías
a ojos cerrados que se vertieron en una bocanada de suspiro lento…. tinta
anodina de un tu y yo franqueado en el tiempo…
En las Calles que nunca viste existen huellas donde tu voz no llega,
existe un sentir al que tus ojos no alcanza pero que te besa… existen huellas
que hablan de ti, olas de perfume y deseos, arena virgen de una playa que te
anhela…
Ya ves, lo tengo decidido, ya ves, le sigo dando vueltas, ya ves, le estoy buscando sitio, no sé que coño tengo en la cabeza. Ya ves, quién iba a decirlo, que tú cruzarías esa puerta, y a pesar de ser sólo un suspiro, se me hizo largo el compás de espera. Recuerdo que yo no era el más listo, y tú me diste pista abierta, la pena fue habernos despedido, habernos despedido fue una pena. Me esperarás despierta, yo aguantaré entero, y seguirás mi estela cuando me den por muerto, dí si me harás un hueco para ir a dormir.
En las Cartas que nunca envié existe sentir, vida y tiempo… Mírame,
los años han pasado, por ti no creo que nadie lo dijera, estoy subiendo a un
tren que no tiene destino, y cada parada se hace eterna. Perdón, si soy
inoportuno, perdón, no sé actuar de otra manera, perdóname, lo hago por
instinto, perdóname, si no hay quien me entienda….
Di si me harás un hueco para
ir a dormir.
En las Cartas que nunca envié existe contigo y mil fonemas que suenan a
sentir lento, a despertar violento, a tiempo sin tiempo ralentizado en el
tiempo… existe un pequeño eterno sin fin que se enreda en el viento, que te ama
con aliento…
...perdóname, si no hay quien me entienda….
